“VAMPING”: EL NUEVO ENEMIGO DEL SUEÑO EN LA ERA DIGITAL

Agua Prieta, Sonora.-

En la era digital, el insomnio ha adoptado una nueva forma: el vamping, un hábito moderno que, al igual que los vampiros, roba la noche a millones de personas alrededor del mundo. Se trata de la costumbre de permanecer despierto hasta altas horas, atrapado entre redes sociales, series, mensajes y notificaciones, mientras el cuerpo exige descanso.

Detrás de este comportamiento aparentemente inofensivo se esconde una reacción química precisa. La luz azul emitida por las pantallas altera el reloj biológico, haciendo que el cerebro crea que aún es de día. Esto retrasa la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño, y provoca un descanso superficial e interrumpido.

Con el tiempo, los efectos del vamping se manifiestan en fatiga crónica, ansiedad, irritabilidad y pérdida de productividad, un fenómeno que los especialistas comparan con un “microjet lag” diario, donde el cuerpo vive en constante desajuste entre lo que necesita y lo que recibe.

Daños del vamping

El impacto del vamping va más allá del cansancio:

Sueño interrumpido, mente agotada: Cada notificación activa el sistema nervioso, impidiendo que el cerebro alcance las fases profundas del sueño.

Ansiedad digital y saturación emocional: El consumo nocturno de contenido estimula la mente y genera sobrecarga emocional.

Caída en la memoria y productividad: Dormir menos de seis horas reduce la atención, la memoria a corto plazo y la creatividad.

Niños y adolescentes, los más vulnerables: En edades tempranas, el sueño profundo es esencial para el desarrollo neurológico, pero el exceso de estímulos luminosos lo interrumpe.

Cómo recuperar la noche

Los expertos coinciden: dormir bien no significa desconectarse del mundo digital, sino aprender a poner límites. Entre las recomendaciones destacan:

Establecer una “hora de cierre digital”, al menos 45 minutos antes de dormir.

Crear un ritual nocturno sin pantallas, como leer o escuchar música suave.

Sacar el celular del dormitorio y sustituirlo por un despertador analógico.

Dar el ejemplo en casa, promoviendo una cultura de descanso familiar sin pantallas antes de dormir.

Dormir, un acto de resistencia

En un mundo hiperconectado, dormir se ha convertido en una forma de rebelión. El vamping no solo roba horas de descanso, también arrebata la pausa, el silencio y la conexión interior.

Desconectarse, aunque sea por unas horas, es recuperar la noche como un espacio propio, volver al cuerpo y permitir que la mente descanse del brillo constante de la pantalla.