“ENTRE UVAS, MALETAS Y DESEOS: TRADICIONES DE AÑO NUEVO QUE MARCAN EL INICIO DEL 2026”
- Roberto Quintero
- hace 9 minutos
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Agua Prieta, Sonora.-
El Año Nuevo, una de las celebraciones más esperadas a nivel mundial, llega cargado de esperanza, renovación y el deseo colectivo de comenzar de cero. Este cambio de calendario no solo representa el cierre de un ciclo, sino también la oportunidad de trazar nuevos propósitos, por lo que millones de personas reciben el 2026 acompañados de rituales esotéricos que buscan atraer salud, amor, prosperidad y estabilidad económica.
A lo largo de diversas culturas, estos rituales se han convertido en una tradición milenaria que sobrevive al paso del tiempo. Aunque cada país y comunidad adapta sus costumbres según su cosmovisión, la intención es la misma: preparar el terreno espiritual y emocional para un año que se quiere favorable.
Con el 2025 despidiéndose definitivamente, estas prácticas resurgen con fuerza entre quienes desean dejar atrás los errores y abrir la puerta a nuevas metas.
Los rituales más populares para recibir el 2026
• Las 12 uvas de la suerte.
Originaria de España a inicios del siglo XX, esta tradición surgió cuando productores de vid comenzaron a vender racimos de doce uvas tras una cosecha abundante. Hoy, cada uva simboliza un mes del año, y su consumo en las primeras campanadas busca traer prosperidad y convertir deseos en realidades.
• El brindis de Año Nuevo.
Con raíces en la antigua Roma, brindar representaba asegurar la buena fortuna, sellar alianzas y preservar la amistad. Actualmente, sigue siendo una forma de comprometerse con los nuevos propósitos rodeados de personas significativas.
• Lentejas para la abundancia.
Ya sea lanzadas o servidas en un plato durante la primera noche del año, las lentejas simbolizan riqueza y crecimiento. Su forma, parecida a antiguas monedas, las vincula con la economía y la prosperidad; en Asia, incluso representan fertilidad y continuidad de la vida.

• Salir con una maleta.
En Latinoamérica, recorrer la calle con una maleta justo al iniciar el año es sinónimo de viajes, experiencias y movimiento. Una tradición que busca atraer nuevas rutas tanto físicas como personales.
• Barrer para expulsar malas energías.
Se realiza desde el interior del hogar hacia la puerta principal como símbolo de limpieza emocional y espiritual. La intención es desechar lo negativo acumulado y permitir el ingreso de buena fortuna.
• Colgar un borrego en la puerta.
Considerado un símbolo de abundancia y bienestar material, este amuleto representa alimento, protección y prosperidad, por lo que es asociado con el crecimiento económico y la buena suerte familiar.
• Debajo de la mesa para atraer el amor.
Una práctica popular entre personas solteras: colocarse bajo la mesa durante las campanadas para llamar a la llegada de una pareja, fortalecer vínculos afectivos o simplemente atraer fortuna emocional.
• Quemar el Año Viejo.
Un ritual de purificación en el que se quema un muñeco relleno de trapos o paja, representación simbólica del año que termina. Con música, convivencia y esperanza, se despide lo negativo para encender un nuevo comienzo.
Un puente entre tradición y esperanza
Estas prácticas continúan vigentes gracias a su fuerza simbólica y a la necesidad humana de creer en nuevos inicios. Cada ritual, desde el más sencillo hasta el más elaborado, refleja el deseo colectivo de que el 2026 sea un año de crecimiento personal, bienestar y oportunidades.
Con el sonido de las campanadas acercándose, el mensaje parece claro: el Año Nuevo no solo se inicia, se construye.






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