CAMPO LA SALINA: NO ES NIEVE, ES SAL; ASÍ SE APRECIA EL PAISAJE

Puerto Peñasco, Sonora.-

Playa y Desierto siempre serán la mejor combinación y que mejor que Sonora para ofrecer esta fusión en cada uno de los sitios turísticos con los que cuenta el estado.

No es sorpresa que el territorio sonorense abarque gran parte de lugares escondidos que albergan un tesoro natural y ofrecen una experiencia maravillosa.

Entre estos paraísos, se encuentra Campo La Salina, un lugar que, a simple vista pareciera estar cubierto de nieve, pero en realidad lo que pinta de blanco la zona, son enormes cantidades de sal.

No hay discusión que las playas de Sonora son complementadas a la perfección con la inmensidad del desierto, y en este rincón del estado, se llega a otro nivel de tranquilidad.

¿Qué es Campo La Salina?

Campo La Salina, es una playa muy hermosa y poco conocida en el estado de Sonora que se ubica en un Pueblo Del Golfo de Santa Clara a unos cuántos kilómetros de Puerto Peñasco.

Este increíble paisaje también forma parte de San Luis Río Colorado y se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado.

Se trata de un lugar sagrado para los Tohono O´odham también conocidos como gente del desierto y es el sitio perfecto para apreciar los colores que ofrece la naturaleza.

La principal característica de Campo La Salina, son los miles de kilómetros llenos de salobral, es decir, lugares en los que se deja secar la sal para posteriormente ser recolectada, misma que pareciera tratarse de nieve por su gran cantidad y tono blanco.

Su nombre se debe a la formación de salineras que son utilizadas para la economía de la zona, misma que se conforma de dos salares: el salar más chico disponible para los turistas en el que se encuentran cabañas y negocios locales.

El segundo salar, es uno de los más grandes en Sonora y se mantiene en su estado natural, punto en el que termina la ruta de la Sal de los Tohono O´odham.

En Campo La Salina, se puede encontrar un espacio turístico dentro del desierto en el que se ubica El Pinacate y Gran Desierto de Altar, lo que da garantía de que los paisajes son dignos de ser admirados por cualquiera.