PROFUNDA DEVOCIÓN EN LA PROCESIÓN DEL SILENCIO EN CAJEME
- Roberto Quintero
- 19 abr
- 2 Min. de lectura

Cajeme, Sonora.–
En un ambiente de recogimiento y solemnidad, se llevó a cabo la tradicional Procesión del Silencio la noche del Viernes Santo, una ceremonia cargada de simbolismo que unió a cientos de fieles en las calles del centro de la ciudad, en memoria de la muerte de Jesucristo.
El silencio fue protagonista desde el inicio. Solo el lento redoble de un tambor marcaba el paso de los asistentes, quienes partieron del parque Los Pioneros, encabezados por una cruz cargada en turnos por los participantes. El recorrido continuó por las calles Morelos, Puebla, Allende y 5 de Febrero, hasta llegar a la Catedral, donde concluyó la emotiva caminata.
Durante el trayecto, los fieles portaban símbolos de la crucifixión, como la corona de espinas, los clavos y cadenas, mientras vestían de negro y llevaban veladoras encendidas. Sin rezos ni cantos, la procesión mantuvo un silencio absoluto, como muestra de respeto y duelo por la muerte de Jesús y el sufrimiento de la Virgen María.

Al llegar a la Catedral, a oscuras y en silencio, los fieles fueron recibidos por un altar adornado con flores y una tenue luz morada que iluminaba la cruz y la imagen de la Virgen. El ambiente permitió un momento de reflexión personal, en el que cada asistente pudo meditar sobre el significado de esta tradición religiosa.
Posteriormente, el padre Aníbal Lauterio guió a la comunidad en el rezo del Rosario, acompañado de cantos litúrgicos. Con cada oración, se fueron encendiendo velas alrededor de la cruz, creando un ambiente de esperanza y consuelo en medio del luto.
La Procesión del Silencio es una de las expresiones más conmovedoras de la Semana Santa en Cajeme, donde la fe se manifiesta no con palabras, sino con presencia, respeto y silencio compartido.
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