¡LOS RÍOS QUE DAN VIDA! ALIMENTAN 21 PRESAS EN SONORA Y ELEVAN NIVELES DE ALMACENAMIENTO TRAS LLUVIAS

Hermosillo, Sonora.-

Los ríos de Sonora no solo son una belleza natural y un destino recreativo para las familias, sino también una pieza clave en el sistema hídrico del estado. De acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta 21 presas en la entidad son alimentadas por estos afluentes, desempeñando un papel esencial para el suministro de agua en distintas regiones.

Entre los más importantes, los ríos Zanjón, San Miguel y Sonora abastecen a Hermosillo a través de las presas Abelardo L. Rodríguez y Teopari. Sin embargo, es el Río Yaqui el que destaca por ser el más largo del estado, llevando agua hasta seis presas: Álvaro Obregón, Maximiliano R. López, Divisaderos, Plutarco Elías Calles, Las Calabazas y Cajón de Onapa.

Además, este caudal conecta con el Río Moctezuma, que a su vez alimenta la presa El Tapiro, y junto con los ríos Bavispe y Fronteras, da vida a otras más: Jacinto López, Lázaro Cárdenas y Adolfo de la Huerta.

En la región noroeste, el Río Asunción se une a los ríos Magdalena y Altar, y junto con los arroyos Seco y El Plomo, nutre las presas El Plomo, Cuauhtémoc, Comaquito e Ignacio R. Pesqueira. El Río Matape abastece La Haciendita e Ignacio L. Alatorre, mientras que el Río Mayo, en el sur del estado, llena la presa Álvaro Ruiz Cortines.

También se menciona un afluente sin nombre que contribuye al almacenamiento de la presa El Veranito.

Las lluvias traen alivio… pero no a todas las presas

Gracias a las recientes precipitaciones, el almacenamiento general en las presas de Sonora ha mejorado. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al 17 de julio, los niveles se incrementaron en un 2% más que en la misma fecha del año pasado.

No obstante, la presa Abelardo L. Rodríguez, ubicada en Hermosillo, sigue reportando 0% de almacenamiento. A pesar de haber recibido algo de agua del Río San Miguel el pasado 16 de julio, la cantidad fue insuficiente para marcar una diferencia significativa.

Este panorama pone de relieve la importancia de los ríos sonorenses no solo como recursos naturales, sino como infraestructura vital para la vida y el desarrollo del estado.

Su cuidado y conservación, ahora más que nunca, es tarea de todos.