El pasado 30 de abril, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) anunció la ampliación del Seguro de Enfermedades y Maternidad (SEM) para incluir la prótesis mamaria como parte de la atención integral que se brinda a las mujeres derechohabientes que han sido diagnosticadas con cáncer de mama y han sido sometidas a una mastectomía.
Esta medida forma parte del compromiso del IMSS por garantizar el derecho a la salud y el bienestar de sus derechohabientes, brindándoles una atención oportuna y de calidad que les permita sobrellevar de la mejor manera posible los efectos del tratamiento contra el cáncer de mama.
Combatiendo el Cáncer de Mama: Un Esfuerzo Conjunto
El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte por cáncer entre las mujeres en México y en el mundo. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2022 se registraron 23 mil 790 casos nuevos de esta enfermedad en la población de 20 años y más, y 7 mil 888 defunciones a causa de la misma.
Ante estas cifras alarmantes, el IMSS trabaja incansablemente en la prevención, detección temprana y tratamiento oportuno del cáncer de mama. La ampliación del SEM para incluir la prótesis mamaria es un paso más en este esfuerzo por brindar a las mujeres derechohabientes las herramientas que necesitan para enfrentar esta enfermedad con éxito.
Beneficios para las Derechohabientes
La prótesis mamaria no solo representa un beneficio estético para las mujeres que han sido sometidas a una mastectomía, sino que también tiene un impacto significativo en su salud física y emocional. La reconstrucción del seno puede ayudar a mejorar la autoestima, la imagen corporal y la calidad de vida de las pacientes.
El IMSS cubrirá los procedimientos necesarios para la colocación de la prótesis mamaria, así como las acciones complementarias que sean necesarias para el bienestar integral de las mujeres derechohabientes.
Factores de Riesgo y Recomendaciones para la Prevención
Si bien no existe una forma segura de prevenir el cáncer de mama, hay algunos factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar la enfermedad. Entre estos factores se encuentran:
Factores biológicos: Ser mujer, tener antecedentes familiares de cáncer de mama, tener un tejido mamario denso, ser portadora de los genes BRCA1 o BRCA2.
Factores reproductivos: No haber tenido hijos, tener el primer embarazo después de los 30 años, recibir terapia hormonal en la peri o postmenopausia por más de 5 años.
Factores de estilo de vida: Alimentación rica en carbohidratos y baja en fibra, dieta rica en grasas saturadas y trans, obesidad, sedentarismo, consumo excesivo de alcohol, tabaquismo.
Para reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama, el IMSS recomienda a las mujeres:
Realizarse una exploración mensual de las mamas a partir de los 20 años.
Acudir a la unidad de salud para que se le realicen chequeos de mama a partir de los 25 años.
Realizarse mastografías a partir de los 40 años y hasta los 69 años.
Llevar una dieta saludable rica en fibra y baja en grasas.
Realizar ejercicio al menos 30 minutos al día.
Disminuir el consumo de alcohol.
No fumar.