Fronteras, Sonora.-
Con un nombre algo peculiar el Municipio de Fronteras, al norte de Sonora, al sur de Agua Prieta, es un lugar con mucha historia y no de hace un par de siglos, sino de millones de años, pues ahí se han encontrado muchos fósiles de dinosaurios y es hogar de una de las tribus sonorenses de mayor tradición, como son los Ópatas.
Se encuentra a 321 kilómetros de Hermosillo y uno de sus principales atractivos es el Museo Paleontológico, ubicado en la cabecera municipal, donde se exhiben restos fósiles de dinosaurios que vivieron en la entidad hace 76 millones de años, en donde se realizan, aparte, muchas actividades y eventos relacionados a esa temática.
“Fronteras, un pintoresco pueblo anidado en el norte del Estado de Sonora, México. Se halla en el corazón de la majestuosa Sierra Madre Occidental, su nombre evoca un rica y profunda, arraigada en el idioma Ópata con la frase ‘Cörö deguátzi’, que significa ‘Grulla en la entrada’ y refleja la conexión espiritual y cultural con el entorno natural”, explica un video de Tik Tok de Memo Fin.
En este video nos explica que la fundación de Fronteras se remonta a 1645 cuando los Misioneros Jesuitas Marcos del Río y Egidio Montefrío establecieron un misión que llamaron Santa Rosa de Corodéguachi, como una de las diferentes intentos que realizaron para evangelizar y colonizar a los pueblos indígenas Ópatas, enviados por el gobierno del Virreinato.
Misiones de evangelización
“El asentamiento que hoy conocemos como Fronteras, enfrentó retos considerables desde sus inicios, la resistencia de los grupos indígenas ante el sometimiento español, se manifestaba en constantes ataques que dificultaban el poblamiento permanente de la Misión. Como respuesta a esta tensión, el Gobierno Colonial Español, instauró una serie de Presidios Militares en la vasta región que abarca los actuales estados de Sonora, Chihuahua, Durango y Coahuila”, explica el video.
La historia de Fronteras, por su ubicación muy cercana al actual límite con los Estados Unidos, recibía visitas de las tribus del norte y ahí se vivió en julio de 1858 una cruenta matanza de Apaches en enfrentamiento con esas avanzadas militares de la Nueva España, que buscaban imponer a toda costa la religión que ellos practicaban.
El Hijo pródigo de Fronteras
Uno de esos puntos militares se estableció en Santa Rosa de Corodeguáchi y fue conocido como el Real Presidio de Fronteras de los Apaches, y con el tiempo ese nombre se fue colocando en la identidad de sus pobladores y un personaje de mucha relevancia que nació ahí es el explorador hijo de españoles, Juan Bautista de Anza, quien entre otras cosas fundó la Ciudad de San Francisco.
“La expansión de la población blanca y mestiza en el norte de la Nueva España, se encontró con una férrea oposición indígena, al tenacidad de la espada y la cruz, finalmente impuso el sometimiento de las tribus sedentarias, mientras que otras fueron forzadas a replegarse a las montañas o más allá del Río Bravo, siempre al acecho de los presidios que delineaban la frontera”, relata el video.
Fue una época de muchas revueltas y de una resistencia que no encontraron en otros puntos del continente con las tribus del norte, donde aparte tenían las condiciones del clima en su contra, hubo enfrentamientos y masacres, tanto del lado de estos grupos étnicos, como de los que defendían la causa española.
“La caza tradicional perdió prestigio ante estas audaces y sangrientas conquistas, ante la gravedad de estas incursiones que entre 1771 y 1776 cobraron la vida de 1,674 personas en Nueva Vizcaya, el legado de Fronteras es un tapiz tejido con hilos de valentía, resistencia y transformación, testimoniando la resiliencia humana en el rostro de adversidades y conflictos a lo largo de su rica historia”, concluye el video.
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