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EN MÉXICO 2 MILLONES DE NIÑOS Y ADOLESCENTES TRABAJAN EN ACTIVIDADES NO PERMITIDAS.


En México existen 28.5 millones de niñas, niños y adolescentes de los cuales 2.2 millones trabajan en actividades no permitidas, informales y donde muchas veces no llegan las inspecciones de las autoridades, así lo revelan datos proporcionados por el INEGI en el marco del Día del Trabajo.


La encuesta reveló que la edad en la que niñas, niños y adolescentes comienzan a integrarse al sector laboral va de los 5 a los 17 años, esto en trabajo no permitidos, es decir, que no cuentan con la edad mínima para integrarse a estas actividades o que pueden ser riesgosas.


En cuanto al género, de los más de 2 millones de niños, niñas y adolescentes laborando 71.2 por ciento fueron hombres y 28.8 por ciento mujeres.


Este sector poblacional está ocupado en diferentes actividades: Tres de cada diez niños, niñas y adolescentes (29.2 por ciento) trabajaron en el sector agropecuario, 25.0 por ciento en servicios y 22.8 por ciento en comercio; siendo estos sectores los que concentraron mayoritariamente a la población ocupada en actividades no permitidas.


El Consejo Nacional de Evaluación de la Política y Desarrollo Social (CONEVAL) advierte que los niños en actividades no permitidas o informales corren mayores riesgos que la población adulta.


Lo anterior debido a que la mayoría de estos menores - el 89.6 por ciento- desempeñan ocupaciones que afectan su salud, su desarrollo o son llevadas a cabo antes de la edad mínima permitida para trabajar (15 años según la Constitución), de acuerdo con datos de la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).


La población más expuesta a los riesgos del trabajo infantil son los 1.3 millones de niños, niñas y adolescentes en ocupaciones peligrosas, entre las cuales se hallan las labores nocturnas, industriales, en obras de construcción o aquellas en las que se exponen a químicos contaminantes o residuos peligrosos.


El mismo organismo advierte que incluso las actividades consideradas como ligeras pueden llegar afectar la salud de los menores si las jornadas de trabajo son largas y en condiciones precarias.


Entre los niños, niñas y adolescentes en alguna ocupación no permitida, la mayor proporción -27.6% por ciento- tienen una jornada laboral con duración de hasta 14 horas semanales; en el otro extremo, 12.4 por ciento de esta población lleva a cabo jornadas de más de 48 horas semanales.


Nashieli Ramírez Hernández, especialista en investigación educativa y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), menciona que la escuela puede ser un factor protector y de prevención para niñas, niños y adolescentes ante la problemática que representa la explotación y el trabajo infantil.


 
 
 

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