EL PAN DE CADA DÍA: UN VIAJE POR LAS MEJORES VARIEDADES DEL MUNDO
- Roberto Quintero
- 15 ene
- 2 Min. de lectura

El pan, un alimento básico y versátil, ha conquistado paladares y culturas en todo el planeta. Desde las crujientes baguettes francesas hasta las dulces conchas mexicanas, cada variedad cuenta una historia única y refleja las tradiciones de su lugar de origen.
Aquí te presentamos cinco de los panes más icónicos del mundo. ¿Cuántos has probado?
1. Baguette, Francia
Un símbolo de Francia, la baguette destaca por su corteza dorada y crujiente, con un interior suave y gomoso. Ideal para un clásico sándwich de jambon beurre (mantequilla y jamón), este pan surgió en los años 20, cuando una ley limitó el horario de los panaderos, impulsando la popularidad de este formato fácil y rápido de preparar.

2. Naan, India
Ligero, esponjoso y con un sabor ligeramente dulce, el naan acompaña perfectamente los currys indios. Tradicionalmente cocido en hornos tandoor, este pan plano puede aderezarse con ajo, cilantro o frutos secos, convirtiéndolo en una delicia versátil que puede adaptarse a cualquier paladar.
3. Ciabatta, Italia
Aunque parece un clásico antiguo, la ciabatta fue creada en 1982 en el Véneto como respuesta a la baguette francesa. Su nombre, que significa "zapatilla", alude a su forma alargada. Con una textura ligera y aireada, este pan es perfecto para sándwiches y tostadas.

4. Conchas, México
Las conchas son un orgullo de la panadería mexicana. Este pan dulce se distingue por su capa azucarada en forma de concha marina, que puede tener colores vibrantes o cacao. Se cree que surgieron como una adaptación local del brioche francés, y su masa esponjosa las convierte en un acompañamiento ideal para una taza de chocolate caliente.
5. Bagel, Canadá, Polonia y EE.UU.
Nacido en las comunidades judías de Polonia, el bagel ha ganado popularidad global, especialmente en Nueva York y Montreal. Escalfado antes de hornearse, puede llevar semillas, frutos secos o sabores añadidos. Mientras que el estilo de Nueva York es suave, el de Montreal es más denso y se sumerge en agua con miel para lograr un exterior dorado y dulce.
Cada uno de estos panes no solo satisface el hambre, sino que también conecta a quienes los disfrutan con la rica historia y cultura de sus regiones de origen. ¿Cuántos de ellos has probado?
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