EL IMPACTO DEL CONSUMO DE REFRESCOS EN LA SALUD: MÉXICO LIDERA ESTADÍSTICAS MUNDIALES
- Roberto Quintero
- 11 ene
- 2 Min. de lectura

En México, el consumo habitual de refrescos y bebidas azucaradas es una práctica normalizada que, a pesar de su popularidad, está asociado a graves problemas de salud. Según un informe de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el país lidera el consumo mundial de estas bebidas, destinando en promedio un 10% del ingreso familiar a su adquisición.
El hábito de consumir refrescos, tanto en versiones regulares como light, ha sido vinculado con enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2, derrames cerebrales, gota, asma, enfermedades cardiovasculares, problemas óseos y dentales, envejecimiento prematuro e incluso ciertos tipos de cáncer.
¿Qué ocurre cuando se dejan los refrescos?
Reducir o eliminar el consumo de refrescos trae consigo una serie de beneficios significativos para la salud. Entre ellos destacan:
Mejora en la regulación del hambre: Los edulcorantes artificiales de las bebidas light pueden alterar la percepción de saciedad y estimular el apetito, dificultando el control del peso.
Reducción del envejecimiento celular: Un estudio publicado en el American Journal of Public Health advierte que las bebidas azucaradas aceleran el acortamiento de los telómeros, lo que está relacionado con el envejecimiento y enfermedades crónicas como diabetes.
Control del peso corporal: Aunque las versiones light se consideran alternativas “saludables”, estas pueden estimular la producción de insulina y favorecer la acumulación de grasa, aumentando el riesgo de obesidad.
Disminución de enfermedades crónicas: El consumo excesivo de refrescos incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y ciertos tipos de cáncer.
Mejor salud dental y digestiva: El ácido de estas bebidas erosiona el esmalte dental, mientras que los ingredientes químicos alteran la microbiota intestinal, afectando la digestión.
Mayor energía: Cambiar los refrescos por agua o alternativas naturales puede estabilizar los niveles de energía, evitando los altibajos causados por la cafeína y el azúcar.
¿Cómo dejar de tomar refrescos?
Abandonar el consumo de refrescos puede ser un desafío debido a los síntomas de abstinencia, como dolores de cabeza o ansiedad. Sin embargo, adoptar alternativas como agua natural o mineral, infusiones sin azúcar y una dieta equilibrada puede facilitar el proceso.
Un cambio necesario para mejorar la calidad de vida
Tomar la decisión de dejar los refrescos no solo previene problemas de salud, sino que también contribuye a un bienestar integral. Reducir su consumo no es solo una cuestión individual, sino una medida de salud pública clave para combatir la epidemia de enfermedades crónicas que enfrenta el país.
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