¿CUENTAS COMPULSIVAMENTE LAS CALORÍAS Y VAS SEGUIDO AL GIMNASIO? PODRÍAS TENER VIGOREXIA
- Roberto Quintero
- 10 dic 2022
- 2 Min. de lectura

La vigorexia, cuyo término correcto es dismorfia muscular, se ha convertido en una preocupación cada vez mayor en los últimos años, puesto que las investigaciones muestran que los hombres están cada vez más insatisfechos con la imagen que perciben de su cuerpo.
Y aunque es mucho más probable que afecte a los hombres, se sabe que las mujeres también padecen esta afección. ¿Quieres saber si tienes vigorexia? Te compartimos los síntomas.
Síntomas de la vigorexia
Abuso de suplementos y consumo constante de batidos de proteínas puede ser uno de los síntomas de vigorexia.
Por lo general, quienes la padecen se obsesionan con el tamaño de sus músculos y se preocupan excesivamente por parecer físicamente débiles o subdesarrollados. Otros síntomas pueden incluir:
Hacer un sobre esfuerzo en el gimnasio, llegando a cargar mayor peso del que se debería
Hacer ejercicio compulsivamente
Uso de esteroides
Mirar excesivamente el cuerpo en el espejo
Abuso de suplementos y consumo constante de batidos de proteínas
Irritabilidad y arrebatos de ira
Depresión y manía
Entrar en pánico si se pierde una sesión de gimnasio
Obligarse a entrenar incluso estando lesionados
Priorizar el ejercicio sobre la vida familiar y social
¿Qué es lo que provoca la vigorexia?
Desafortunadamente, los expertos aún no tienen una comprensión clara de las causas de la vigorexia o la dismorfia muscular, pero al igual que otros trastornos compulsivos, las investigaciones sugieren que hay una serie de factores que podrían contribuir a ello:
Genética
Aquellos que tienen un pariente que padece la afección pueden tener más probabilidades de desarrollarla.
Diferencias cerebrales
Se cree que las personas con dismorfia muscular pueden tener niveles insuficientes de serotonina, que es un transmisor importante en el cerebro que afecta el estado de ánimo y el bienestar.
Entorno
El entorno infantil, los problemas familiares, la intimidación, el trauma emocional y los factores culturales pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle la afección.
Lo más importante es que es un trastorno tratable, tal como la diabulimia, con ayuda de un terapeuta. El especialista decidirá si el caso solo requiere terapia o acompañamiento con algunos fármacos como antidepresivos.
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