Ante el preocupante escenario del incremento de casos de cáncer, las autoridades en salud resaltan la importancia crucial de la detección temprana como factor determinante para salvar vidas y reducir los costos asociados al tratamiento de esta enfermedad.
Un informe de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, publicado en enero, revela un cambio preocupante en la incidencia del cáncer hacia edades más tempranas, entre los grupos de adultos estadounidenses, aquellos menores de 50 años son los únicos que experimentaron un aumento en la incidencia general del cáncer de 1995 a 2020, a pesar del envejecimiento de la población en general.
Especialistas advierten sobre este cambio y destaca la necesidad de enfoques preventivos y de detección temprana, especialmente considerando el aumento de diagnósticos en personas más jóvenes.
La detección temprana del cáncer se compone de diagnóstico precoz y tamizaje, según explica la OMS. El diagnóstico precoz implica la identificación de síntomas y la búsqueda de atención médica, mientras que el tamizaje busca detectar indicios de cáncer o lesiones precancerosas en personas asintomáticas, utilizando pruebas específicas como citología y mamografía.
Un reconocido oncólogo y experto en Salud Pública, subraya la importancia de la detección temprana como una forma de "prevención secundaria" para aquellos cánceres que pueden detectarse cuando recién comienzan a desarrollarse, destacando que la detección temprana permite encontrar el cáncer en una fase inicial, facilitando su tratamiento.
Principales pruebas de detección temprana del cáncer:
Citología para el cáncer de cuello uterino:
Comúnmente conocida como la prueba de Papanicolaou (Pap), es una herramienta vital en la detección temprana del cáncer cervical. Este procedimiento implica la recolección de células del cuello uterino para su análisis bajo un microscopio, con el se identifican cambios en las células cervicales que podrían ser indicativos de lesiones precancerosas o cáncer en una etapa inicial. Las recomendaciones sugieren que las mujeres comiencen a someterse a la prueba Pap a partir de los 25 años y repitan el examen cada al menos cada 3 años.
Mamografía para el cáncer de mama:
Es una técnica de imagen que utiliza rayos X de baja dosis para examinar el tejido mamario en busca de anomalías, es una herramienta esencial en la detección temprana del cáncer de mama, permitiendo identificar tumores antes de que sean palpables. Se recomienda que las mujeres después de los 40 años se sometan a mamografías de manera regular, generalmente de manera anual. La detección temprana a través de la mamografía ha demostrado mejorar significativamente las tasas de supervivencia.
Examen de sangre oculta para el cáncer de colon:
El examen de sangre oculta en heces es una prueba no invasiva que busca rastros de sangre en las heces, lo que podría indicar la presencia de pólipos o cáncer colorrectal; esta prueba es especialmente valiosa como herramienta de detección temprana, ya que los pólipos pueden ser identificados y extirpados antes de que se vuelvan cancerosos. Se recomienda que las personas entre los 45 y 50 años de edad se sometan a esta prueba de manera regular, generalmente cada 5 años.
Colonoscopia:
Este procedimiento más completo que implica la introducción de un tubo flexible con una cámara en el colon para visualizar directamente el revestimiento interno, además de detectar pólipos, este estudio permite la extirpación de pólipos durante el procedimiento, actuando como una medida preventiva adicional. Se sugiere que las personas mayores de 50 años se realicen una colonoscopia cada 5 o 10 años.
Tomografía computarizada de baja dosis para el cáncer de pulmón:
La tomografía computarizada de baja dosis (LDCT, por sus siglas en inglés) es una herramienta eficaz para la detección temprana del cáncer de pulmón en personas con alto riesgo, como fumadores o exfumadores. Este estudio utiliza radiografías detalladas para identificar nódulos pulmonares, incluso antes de que los síntomas se manifiesten. La realización de esta prueba, especialmente en aquellos con historial de tabaquismo, puede contribuir significativamente a la detección temprana del cáncer de pulmón y mejorar las perspectivas de tratamiento.
La diversidad de herramientas disponibles para la detección temprana del cáncer, puede marcar la diferencia en la lucha contra el cáncer, permitiendo intervenciones oportunas y mejorando las posibilidades de recuperación si se efectúan como se recomiendan.
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