La Organización Mundial de la Salud (OMS ) ha informado que es necesario monitorear el consumo de alcohol en la región de las Américas, incluido México, así, en un esfuerzo por vigilar el consumo de esta sustancia se aumento que es el sexto factor de riesgo para muerte y discapacidad según la Encuesta sobre Salud y Nutrición en su última edición.
La glucosa en ayuno elevado, el índice de masa corporal elevado, presión sistólica elevada, insuficiencia renal y riesgos por la dieta son los otros 5 factores de riesgo para muerte y discapacidad según el Institute for Health Metrics and Evaluation México.
Para el caso de México, desde hace 20 años se cuentan con encuestas especializadas para conocer cómo es el consumo de alcohol en distintos grupos poblacionales, así la encuesta de ENSANUT reportó que el 8.0 por ciento de la población adolescente reportó consumió alcohol con una frecuencia mensual , mayor en hombres que en mujeres.
Siendo la población adulta quien más consume alcohol , así el 19.2 por ciento reportó consumir alcohol con una frecuencia mensual, la cual es mayor en hombres (23.7 por ciento) que en mujeres (15.0 por ciento).
Esta misma población es la que cuenta también con un mayor número de prevalencia a ingerir alcohol l con un consumo real de alcohol de 55.5 por ciento.
Lo peligroso es que también existe una alta prevalencia de consumo de alcohol excesivo, es decir, que se consumen grandes cantidades en periodos cortos, así la encuesta encontró una prevalencia de 40,4 en los últimos 12 meses.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), advirtió que beber alcohol en exceso puede ser perjudicial para su salud.
Los parámetros para considerar que alguien bebe en exceso según la CDC son: En las mujeres, 4 o más tragos en una sola ocasión Y En los hombres, 5 o más tragos en una sola ocasión o8 o más tragos a la semana en mujeres y en los hombres, 15 o más tragos a la semana.
Las consecuencias del consumo de alcohol no sólo tienen que ver con los daños al cuerpo, sino los accidentes que pueden desprenderse de él, como por ejemplo: lesiones, choques de vehículos, quemaduras, ahogamientos, violencia, como homicidios, suicidios, agresión sexual y violencia doméstica con parejas sexuales, comportamientos sexuales riesgosos como tener relaciones sexuales sin protección con una o múltiples parejas o problemas familiares, problemas relacionados con el trabajo y desempleo
Sin embargo, a largo plazo, el consumo excesivo de alcohol puede provocar en el cuerpo: alta presión arterial, enfermedad cardíaca, accidentes cerebrovasculares, enfermedad del hígado y problemas digestivos.
Así también en los casos más graves, cáncer de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto, problemas de aprendizaje y memoria, como demencia y bajo rendimiento escolar, problemas de salud mental, como depresión y ansiedad o dependencia al alcohol o alcoholismo.
La muerte, es otra de las consecuencias más graves por consumo de alcohol, una investigación de la Organización Panamericana de Salud (OPS) registró que 85 mil personas al año en las Américas pierden la vida exclusivamente por consumo de alcohol.
Incluso el gobierno de México catalogó a los accidentes automovilísticos por alcohol en 2021 como un problema de salud pública que afecta principalmente a personas de 20 a 39 años, siendo la primera causa de muerte por alcohol para este grupo de edad.
De esta forma, los resultados de la encuesta ENSANUT 2022 reveló que el Estado mexicano aún tiene mucho que hacer para prevenir el consumo de alcohol, sobre todo cuando se hace de manera excesiva.
Así cabe resaltar la iniciativa SAFER, un paquete técnico de la Organización Mundial de la Salud, que apoya a los gobiernos a reducir el consumo nocivo de alcohol y las consecuencias relacionadas en salud, sociales y económicas
Así, algunas recomendaciones que México tendría que atacar son: Fortalecer las restricciones sobre la disponibilidad del alcohol, Impulsar y hacer cumplir las medidas contra la conducción bajo los efectos del alcohol, Facilitar el acceso al tamizaje y las intervenciones breves, así como al tratamiento, hacer cumplir las medidas de prohibición o restricción con respecto a la publicidad, el patrocinio y la promoción del alcohol y Aumentar los precios del alcohol a través de impuestos selectivos al consumo y políticas de precios.
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