Agua Prieta, Sonora.-

Fue el 18 de mayo de 2001, cuando un jovencito, en ese entonces menor de edad, llegó hasta las instalaciones de la Cruz Roja Mexicana siguiendo los pasos de su padre, su hermano mayor y de sus tíos.

Con un arraigado amor al prójimo y un espíritu de servicio a toda prueba, Alberto llegó como los grandes, desde abajo, formando parte del grupo de Juventinos en la benemérita institución.

Y fue precisamente ese amor al prójimo el que lo llevo a destacar, formando parte de cada grupo y curso disponible, adquiriendo conocimientos básicos y avanzados hasta convertirse, en una pieza clave para la Cruz Roja Mexicana Delegación Agua Prieta.

Sacrificar días festivos, vacaciones familiares, cumpleaños y reuniones ha sido parte de su vida diaria, todo ello con el fin de servir a la sociedad, una sociedad en ocasiones incomprensiva que no valora los esfuerzos de un voluntario.

Hoy, tras 22 años de historia, de incontables vidas salvadas y de irrepetibles momentos vividos, no queda mas que agradecer a un hombre que entrego su vida, por salvar la de otros, y que seguirá haciéndolo “mientras Dios le de fuerzas”.

Gracias Alberto Chávez Silva, Gracias por 22 años de dedicación, constancia y esfuerzo, de amor al prójimo y de servicio a la sociedad.